
Por Néstor “Pipo” Mendoza

Jorge Hugo Chagra actualmente tiene 91 años, nacido un 29 de marzo de 1928 en la ciudad de San Salvador de Jujuy, ahora reside en Salta desde 1977 donde es el embajador de la cultura jujeña y ciudadano honorario de Salta. Chagra estudió odontología en Córdoba, donde integró grupos musicales folclóricos, se recibió en el año 1952 y siete años más tarde se unió al ejército. Su fecha de alta en el Ejército Argentino es el 31 de diciembre de 1959. Ingresa con el rango de Teniente Odontólogo y luego de un año de capacitación en la escuela Gral. Lemos y hospital Militar Central se establece en la provincia de Jujuy en el Regimiento 20.

Durante la última dictadura el Comité Federal de Radiodifusión seleccionaba las canciones que podía escucharse en festivales o radios. Este comité calificaba las canciones si eran aptas para la radiodifusión o no. Esa lista tenía canciones de diversos artistas como Rod Stewart, Horacio Guaraní, Palito Ortega, Mercedes Sosa, hasta al jujeño Jorge Cafrune. El motivo de que estén censuradas esas canciones era porque eran contrarias a la moral “Cristiana y Occidental”.
La dictadura no solo fue llevada a cabo por las fuerzas armadas, también participaron sectores de la iglesia, civiles y empresariales. En Jujuy esos sectores estuvo representado por personajes como el empresario Carlos Blaquier, monseñor Medina y personajes como Chagra, quien pertenece a la clase acomodada de Jujuy, donde siempre estuvo vinculado al mundo cultural e intelectual de la provincia.

Si bien es conocido a nivel nacional por su canción “Sapo Cancionero”, canción llevada a la fama por el conjunto salteño “Los Chalchaleros”, hay que desmitificar esa creación por parte de él, ya que es una adaptación de un poema de un escritor chileno. Resulta que esto de apropiarse de lo ajeno es una costumbre militar. Se cuenta que en un encuentro de camaradería entre soldados chilenos y argentinos en una guitarreada un soldado chileno recitó un poema. El poema en cuestión es de Alejandro Flores Pinaud llamado “Sapo Trovero”. Sapo Cancionero es una canción que nace del poema intervenido por Chagra más el arreglo musical de Nicolás Toledo.
Mientras a Cafrune le prohibían cantar “Zamba de mi esperanza”, Chagra callaba. Él sabía lo que sucedía en la provincia, por su rol como funcionario durante la dictadura y miembro del ejército. Hay dos declaraciones testimoniales en los juicios de Lesa Humanidad llevada a cabo en Jujuy donde lo indica cómo parte del ejército y actuando sobre presos políticos. La primera es de Gustavo Lara Torres, hermano del desaparecido Jaime Lara Torres:
“Mientras realizaba una obra para Carlos Pedro Blaquier, Se presentaron dos personalidades de la cultura jujeña. Marcos Paz, escritor jujeño quien en su honor la sala de la Legislatura lleva su nombre, y Jorge Hugo Chagra.”
“Hugo Chagra era dentista del Ejército, compositor del “Sapo cancionero” que todos conocemos. Parece que él formaba el grupo civil, con el señor Marcos Paz…”… “Entonces, visitaron a mi casa, yo estaba haciendo unos candelabros de cerámica, para una imagen de la Virgen India que me encargó Carlos Pedro Blaquier, ¿no? A través del señor Mario Paz. Yo no estaba en ningún movimiento político, nada, la familia ya se alejó de cualquier vínculo, pero Jaime seguía sin que nosotros sepamos. Hugo Chagra, el dentista del Ejército, yo estaba de vuelta, yo me daba cuenta ya cómo era la figura, estos vienen como grandes amigos y grandes abrazos, pero vienen a saber qué tengo aquí. Por supuesto que no encontraron nada, más que un pequeño libro de un escritor argentino que no me acuerdo el nombre, si era Mansilla o algo así y era un hombre de conocida militancia ideológica de pensamiento de izquierda, un pequeño libro y eso vieron.” (Esta declaración fue en el marco del Segundo Juicio de Lesa Humanidad llevado a cabo en Jujuy).

La segunda declaración habla de su accionar con un detenido político. Jorge Enrique Picardo:
“…Y bueno…, luego entró antes que me llevaran al penal ese, al Penal de Gorriti, entró un oficial que era conocido acá, Chagra, que era dentista que también revestía y yo lo conocía desde que era chiquito y me mira y me da un DAF, se llamaba eso que era Dificultad en Aptitudes Físicas como dándome la baja en el Ejército y ahí me trasladan al Penal de Gorriti. O sea que era apto hasta el ´75 y después ya tenía todas las dificultades y de ahí me pasaron al penal.” (Declaración en el 3er Juicio por delitos de Lesa Humanidad)
Mientras que a Cafrune le prohibían cantar un himno a la esperanza, canción que fue cantada en el centro clandestino “La Perla” en Córdoba, como cuenta una sobreviviente en el libro Nunca Mas, Teresa Celia Meschiat, Chagra tenía mejor suerte, le dieron el cargo de Director de Cultura de la provincia, cargo que ejerció entre el 76 y 77, donde hizo una pausa en el ejército. Luego de renunciar el cargo mediante decreto 1608-G-77, vuelve a su rol militar en el hospital militar de Salta. En la ciudad de Salta lo nombran “Embajador de la Cultura de Jujuy”.
Ninguna canción de Chagra estuvo en la lista de canciones no aptas para radiodifusión, no es como los artistas jujeños comprometidos como lo fue Cafrune o es Bruno Arias, que cantan por y para el pueblo. Siguió siendo premiado luego de la dictadura, el premio más reciente para el apropiador de canciones es de ser “Miembro Honorario de la Academia Nacional del Folclore”, distinción que tiene grandes compositores como Cesar Isella, Cuchi Leguizamon, y otres. Ya en 1996 la municipalidad capitalina le había otorgado el Premio San Salvador «por contribuir y ser parte de nuestra ciudad». El año pasado fue homenajeado en el Festival de la Pachamama organizado por el gobierno provincial.
El rol de la música en la sociedad es importante, refleja el clima social, lo que acontece en la cotidianidad, al hablar o no hablar de las problemáticas. Hoy como aquellos tiempos, existen artistas que a través de sus metáforas hacen denuncia sobre lo actual. Hay artistas como Ricardo Mollo que en sus conciertos con el grupo de rock Divididos, expresa su malestar con el gobierno. O artistas que siguen el ejemplo de Chagra y opta por no expresar nada contra el gobierno, incluso no permitir a sus fans que lo hagan. El caso del cantante de rock de “La Beriso” que no dejó en su recital que la gente protestara contra el gobierno cual Chagra.
En las guitarreadas de universitarios en otras partes del país seguro se cantara canciones de Chagra, canciones nostálgicas de la provincia. Se cantará canciones que él supo hacerlas propias como “A Jujuy siempre se vuelve” y “Quiero volver a Jujuy”, letras que tendrán lindos versos sobre Jujuy y sus carnavales, pero no tendrán nunca la voz del pueblo, que el mismo con su participación como funcionario de la dictadura y parte del ejército, eligió callar y “cantar” para sus amigos. Aún canta para sus amigos, como se lo vio cantar con Polo Roman y Pancho Figueroa, dos ex Chalchaleros, en la serenata a Ledesma organizada por el amigo de Chagra, Carlos Pedro Blaquier.

Hay artistas que eligen mirar para el costado, artistas que son cómplices por acción u omisión. Chagra fue cómplice por acción. Dejó huellas en su vida militar tanto como en lo cultural, es reconocido tanto por militares como por folcloristas. En su perfil de Facebook tiene saludos de sus camaradas militares, ya retirado aún tiene cierta idolatría por parte de los hombres de verdes.
Chagra es así, versátil en lo artístico, no se puede negar de sus dotes, pero no lo exime de ser parte del gobierno responsable de la desaparición de 30mil compañeras y compañeros, de ser parte de un gobierno represor que callaba voces mientras él era premiado por cantar y pintar. Pertenecer a la elite del folclore es el premio por haber sido parte de la pata civil que tenía la dictadura.