
Durante los días, 31 de octubre, 1 y 2 de noviembre, para nosotrxs, H.I.J.O.S. Jujuy, día de lxs muertxs, no fieles difuntos como los estableció la iglesia, participamos de las jornadas organizadas por el equipo de trabajo del Museo Terry de Tilcara y del Archivo Nacional de la Memoria perteneciente a la Sec. De DDHH de la Nación. Para allá fuimos todxs.


Fueron días intensos en los que les hijes, como decimos nosotres, trabajamos intensamente y nos sentimos atravesado por un torbellino de emociones, las tristezas de las pérdidas, la esperanza entrelazada con alegría de que lxs nuetrxs “bajen” y que se sientan amadxs, amor materializado en una mesa de ofrendas, que manos laboriosas amasaron y armaron impulsadas por la ternura que nos invade cuando lxs convocamos.


La desaparición forzada es una abstracción cuya materialización es la muerte, no hay otra posibilidad, sabemos que la mayoría de los rostros, en fotos blanco y negro, que nos susurraban en la sala, están en ese perverso limbo entre esa desaparición y la muerte, duelos inconclusos de casi medio siglo, tormentos que nos dejaron las bestias que les arrebataron la vida, secreto al que llamamos “pacto de silencio”. Perversidad a la que de alguna manera le peleamos, llamandolxs una y otra vez de mil y una formas, esta vez dándoles una esencia, un alma, como obstinación al olvido y un llamado a la lucha.


Pero no solo se representó sus vidas truncas, en otra sala se exhibían objetxs que pertenecieron a lxs nos faltan, esos pedacitos de historias tangibles. En esa sala se “hablaba” de sus vidas políticas y personales, como “resistencia” a la otra en la que se “hablaba” de sus muertes, dualidad que nos interpela cotidianamente.


Les hijes, esos días en que las nostalgias y la lucha estuvieron a flor de piel, lloramos, nos enojamos por las injusticias de las ausencias, por la crueldad de lo sucedido, pero como siempre, resignificamos el dolor, tambien hablamos de nuestras próximas tareas militantes, “debatíamos de política”, nos reímos a carcajadas, tocamos música, cantamos, bailamos, nos abrazamos entre nosotrxs y con lxs otrxs. Eso somos les hijes, somos su semilla….




Gracias a Juan Muñoz, y a todo su equipo por habernos acogido tan amorosamente y por la inmensa tarea que llevan adelante.